Una de las grandes sorpresas del año ha sido la película sueca triunfadora en el pasado festival de cine fantástico de Sitges "Déjame Entrar". Una historia de vampiros escalofriante que te hace saltar de la butaca sin necesidad de recurrir a grandes presupuestos como la sobrevalorada "Crepúsculo".
La película nos cuenta la historia del típico niño rarito que es maltratado por sus compañeros de colegio que hace amistad con una extraña niña que resulta ser un vampiro en toda regla. No os cuento más porque sino no tiene gracia, pero la escena final de la piscina os dejará sin aliento.
El desconocido Tomas Alfredson se apunta un tanto con esta película. Deciros que desde que ganó en Sitges ha circulado por internet sin parar con subtítulos en castellano. Distintos foros de gore colgaban enlaces para descargarla directamente. En fin, que estos de la industria cinematográfica espabilen porque la estrenan con demasiado retraso cuando todos los fanáticos del cine de terror la han visto.
